Muy buen tiempo astral a todos los lectores, el día de hoy me complace mucho en presentarles una visión muy buena, que seguro todos identificaremos como nuestra en algún punto, con todo lo que la nostalgia implica, un relato de la experiencia y un primer encuentro entre esta persona y su vida con los videojuegos, sin mas, los dejo con las letras de @SexyHyuna97 quien nos presenta su relato: El vago. Cedemos microfonos aquí en el estudio, ¡adelante!
El vago
Hace ya años, muchos años, tantos que no recuerdo
exactamente cuántos, de cuándo vi por primera vez un videojuego.
Debió ser a principios de los 90’s al mudarme por tercera
vez en mi corta edad de casa. Yo, en los 80’s vivía la infancia muy tranquila y
relajada en una hacienda, perdida entre las llanuras pertenecientes a un
pueblito lejos de la civilización, donde el mayor entretenimiento que tenía era
una pequeña radio y ver como se peleaban las parvadas de pájaros o las gallinas
por la sombra.
Así que no es difícil suponer que aquella vez que vi un
videojuego mis ojos no podían creer lo que estaba frente de mí y mi ser entero no
quería moverme de ese lugar.
Era la época dorada de las Arcades o como popularmente les
decían los padres y después nosotros “las maquinitas”.
Pasaba delante del local cada que tenía un pretexto para
hacerlo: de regreso de la escuela, al salir por un mandado de los padres, por
las tortillas, el pan y leche o algo en la verdulería, ¡todo por salir de la
casa y poder mirar esas cajas con dibujos y sonidos espectaculares.
De por si el cambio de estilo de vida anterior a este nuevo ritmo
ya en una “ciudad” y en un barrio con tantas personas estuvo muy fuerte, y los
videojuegos llegaron a hacerlo aún más asombroso.
La capacidad de poder jugar algo en esos locales era tan
mínimas o nulas por la situación económica en casa, tanto que solo iba a ver a
los demás jugar o que novedades tenía el lugar.
Y es aquí que nace el término urbano en los videojugadores de
una década, que más adelante desaparecería a finales de los 90’s: el ser
denominado un vago.
¿Pero qué significaba eso?, bueno, tenía varias
connotaciones, la primera y más evidente; mala.
El vago era una persona que no tenía nada que hacer en la
vida más que perder el tiempo vagando (duh), pero esto traído al mundo de los
video juegos significaba que solo estabas (de vago) en los locales de
maquinitas sin oficio ni beneficio.
De ahí nace en general la denotación maligna a los
videojugadores en general como gente perdida en la sociedad que roba, se droga,
no se baña y solo está ahí metida en los locales; ¡todo un peligro para los
niños!
¿Pero todo esto era verdad?
NO, era una gran mentira, pues mis experiencias posteriores
al primer contacto en estos lugares si bien no fue siempre el 100%
gratificante, por incidentes aislados, el ir a estos lugares en esos tiempos no
era así de terrible como se decía o pensaba. Las únicas cosas malas que me
pasaron en las maquinitas fueron que un trio de abusones me quito mi crédito en
Mario Bros y salí llorando del local por la impotencia al ser ello un metro más
altos que mi pequeña persona y no me quedo de otra, la segunda que ya me iban a
agarrar a golpes por un juego en The King Of Figthers 97 (Ha-Ha).
En cambio, “Vago”
para los videojugadores era muy diferente, significaba que eras la persona con
mejores habilidades en un título específico o en general en estos lugares.
Contextualicemos las cosas; en esos años no existían las páginas
de internet, videos de youtube y menos
programas de TV dedicados, por lo tanto sí querías hacer o saber algo de un
juego lo veías en el mejor de los casos en las pegatinas del gabinete de las
maquinitas o alguien en el momento te lo decía y pasaba de boca en boca, pero una
cosa es la teoría y otra la práctica y recordemos también que los juegos de
pelea eran los más populares y después estaban los plataformeros clásicos.
Cuando alguien te vencía en una pelea la expresión era: ¡pinche vago!, cuando alguien pasaba los
mundos jugando en su juego o en tu partida: ¡míralo,
el vago!, incluso cuando en las maquinitas de habilidad –como los de las
moles, tiros de balón etc,etc- y alguien se la pasaba sacando boletitos para
los premios la expresión era: ¡eres un
vago!
Para cuando el bum de las consolas fue mundial, estos
centros de entretenimiento con arcades eran ya puntos de encuentro social
meramente casual y bien vistos, poco a poco esto dejo de ser usado y el visitar
estos lugares perdió el estigma que por lo menos tuvieron por una década, una
década en la que me da orgullo haber jugado y vivido.
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Interesante, el ir y venir de las arcades, de la vivencia en carne propia, ¿quien mejor que uno mismo para narrarla? Hasta aquí llegamos por hoy, recuerden pasearse de vez en cuando por este blog ya que tendremos algunas otras participaciones, Buenas noches y buena suerte.
1 comentario:
Shh los buenos tiempos de las maquinas y el gasto de el cambio de las compras, y en ocasiones especiales el gasto de el dinero de la cooperativa de la escuela en maquinas, yo no jugaba tantos titulos de pelea me gustaban mas otros mi favorita fue metal slug 3 llegue a pasar medio juego con solo una moneda ese fue mi maximo y la primer vez que lo termine me chingue como 50 pesos cuando le ponias monedas de 50 centavos por credito
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